jueves, 23 de febrero de 2012

Si a Petro le va mal, la aristocracia bogotana estará feliz

Esto no calmará la sed de verlo caído e impopular. Los ataques van a continuar en contra de Gustavo Petro.
Caracol Radio es para mi el mejor medio de comunicación de los últimos tres o cuatro años, en todo el país y sin duda uno de los mejores de América Latina, sin embargo, en mi medidor de preferencia ha bajado un poco luego de la cizañosa manera en que ha informado sobre el accidente de la caravana en la que se vio involucrado el alcalde de Bogotá y su familia, el pasado domingo 19 de febrero.
Sin duda, la seguridad de una persona como el mandatario bogotano, eso lo sabemos quienes hemos recibido un poco de consejos al respecto, no se detiene porque se le quiebra un espejo a un conductor como ocurrió antes del impacto de un escolta motorizado con otro vehículo, más allá de que él afectado tenga pleno derecho a su reparación, tampoco se niega.
Sin embargo, que esa persona dolida con una grabación nocturna hecha con la deficiente videocámara de un Black Berry, sea la fuente principal de una versión diferente, raya con "la infamia" y no contra el Alcalde, sino contra los fieles escuchas de esta muy querida cadena radial.
La versión de "Alberto", la fuente identificada con nombre ficticio por Caracol por motivos bien explicados, dista mucho de lo que muestra la cámara de seguridad que también registró el accidente.
Pero la realidad va más allá ¿por que medios acostumbrados a verificar plenamente sus fuentes caen en estas ligerezas? ¿será ello una muestra más de animadversión por el Alcalde de Bogotá? ¿habrá tanto dolor por la pérdida del poder en las clases altas que se recurre a cualquier detalle para agravar un diagnóstico?
Maria Jimena Duzán, en su columna de la Revista Semana, lo describió mejor: "El error de los enemigos de Petro es que, para ellos, es más importante que al alcalde le vaya mal, que dejarlo gobernar".
Estoy convencido de que ésto no sólo cala en la clase política capitalina sino también en medios de comunicación y allí es donde como fiel radioescucha, independiente de mi profesión periodística, siento vulnerado mi derecho a sentirme bien informado. 
Desde el primer momento de la elección de Petro como alcalde, pulula en el ambiente político nacional esa frase mezquina que alguien le dijo a María Jimena Duzán: "Ojalá le vaya mal a Gustavo Petro en la alcaldía de Bogotá" y yo agrego que con una muy buena ayuda de los medios de comunicación es posible lograrlo.

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