martes, 31 de enero de 2012

Es cierto, todo es político en el sector público

Hay que empezar por cederle toda la razón a María Irma Noreña, cuando afirma que su echada de la gerencia de Aguas y Aguas de Pereira, el pasado sábado 28 de enero, fue un asunto político y no técnico.
Justo es también recordar que su nombramiento en el cargo durante la administración de Juan Manuel Arango, también hizo parte del juego político del momento, coyuntura que fue bien aprovechada por Noreña para haber tenido el cargo con tres alcaldes.

También es cierto que fue política la forma en que se le bajó la libertad de contratación directa, pasando de 1.000 millones de pesos a 10 "milloncitos", luego de importantes plácemes políticos en las pasadas elecciones. Nada más obvio que todo lo anterior, así es la política, que permite bajar de la silla calentada durante varios años a un gerente y poner otro, que por supuesto también será una cuota política de alguno de los fulanos dominantes.
Y es que ni siquiera los procedimientos de "meritocracia" se escapan a la influencia política, así se los encarguen a entidades privadas. Ejemplos hay muchos, porque las mismas firmas cazatalentos a la vez que reciben su paga también escuchan al que ordena y firma su cheque.
"Uno gobierna con los amigos", es una frase que hace carrera en círculos cercanos a los mandatarios, pero de dientes para afuera ellos están obligados por las circunstancias a enfatizar que son el alcalde o gobernador, según sea el caso, de todo el territorio y quienes lo habitan, mas el trasfondo no es otro que el de beneficiar a sus amigos y los amigos de sus amigos, lo que deja un margen de exclusión gigante.
El gobernante o administrador de lo público que conocemos es el típico burócrata que se debe a sus amigos y se esfuerza por mantener cercana a la clientela.
No hay nada nuevo en la declaración de la hoy Ex gerente de Aguas, simplemente le ha recordado al nuevo patrón la cruda y conveniente realidad; cruda porque somos los ciudadanos los que subsidiamos las francachelas contractuales y conveniente por el desinterés del público en estos temas.
La primera misión de cada gobernante y administrador es permitir que ese desinterés se mantenga, que el buen pereirano se conforme con abrir la llave y que salga el agua o que, en el caso de energía, accione el interruptor y encienda la luz ¡Qué mal la pasarían si una gran masa de ciudadanos despiertan de su marasmo!

2 comentarios:

  1. Hombre, mi apreciada opinión de Oliver! Una cosa es política, arte hermoso, y otra muy diferente "politiquería". Creo que se hace necesario diferenciar esas dos palabras dentro de tu escrito!

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  2. Sí, ciertamente debería hacerse la diferencia. Lo pensé así cuando escribía este asunto, pero partí de una afirmación hecha por la señora Noreña. Reconozco que su aclaración es muy oportuna.

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